Cualquier negocio independientemente de su tamaño, necesita herramientas para poder llegar a sus clientes y potenciales. Hoy en día existen diferentes formatos que facilitan dicho objetivo desde el online hasta el offline como pueden ser los folletos, los dípticos y los trípticos. Hoy te vamos a enseñar las diferencias entre estos tres, así como sus funciones y usos para que tengas claro de una vez por todas para qué se emplea cada uno de ellos.
Folletos
Los folletos son unos archivos impresos con una extensión principalmente corta que se emplean para promocionar algún tipo de producto o servicio de una marca. Suelen presentar ilustraciones o fotografías como refuerzo a la detallada información que se presenta en ellos.
Su extensión suele oscilar en un mínimo de 4 páginas y un máximo de 46, dentro de esa horquilla de páginas será la empresa la que decida el total en base a las necesidades comunicativas de su producto o servicio.
Los folletos suelen repartirlos personas por la calle a los transeúntes o a través de acciones de buzoneo en domicilios de empresas o particulares.
Dípticos
El díptico podríamos decir que es un tipo de folleto compuesto por cuatro caras como resultado de doblar un hoja en dos: dos caras interiores y dos caras exteriores.
Suele ir más al grano y difunde la idea del producto o servicio promocionado con una lectura fácil.
En la portada, por regla general, suelen aparecer los elementos identificativos de la marca como el logo, slogan o colores corporativos. En su interior se expone, de forma clara y concisa, los beneficios y argumentos del producto o servicio que están ofertando. Por último, en la contraportada, se suele introducir la información de contacto: número de teléfono, página web, dirección de correo electrónico y dirección de la oficina o tienda si fuese necesario.
Trípticos
Dentro de estos tres tipos los trípticos son quizás el formato más famoso dentro de la categoría del marketing impreso. Son bastante populares gracias a que su tamaño entra perfectamente en un sobre americano (sobre común) y pueden ser enviados por correo como una carta normal.
Se presentan con tres caras interiores y tres exteriores como resultado de plegar una hoja en tres partes iguales. Como los dos anteriores, también se emplean con el objetivo de difundir un producto o servicio.
La parte positiva de los trípticos es que gracias a que cuentan con algo más de espacio en sus hojas, podrás explayarte un poquito más explicando tu producto o servicio. Aún así, esto se convierte en un arma de doble filo debido a que, al tener más caras y más espacio, tendrás que organizar mejor el contenido. Ya que para generar más atracción y retención en el público que lo lea, tanto la presentación como la asimilación del contenido deberán de ser lo más correctas posible.
No obstante, son quizás uno de los mejores medios impresos para hacer publicidad de cualquier negocio.
Ahora te toca a ti: ¿has usado algunos de estos tres formatos en tu estrategia de marketing?